Por JAC
Mérida, Yucatán | 19 de febrero de 2025
El hallazgo de pieles y restos de perros en el parque de la colonia Francisco I. Madero en Mérida no es solo un hecho alarmante, es una prueba más de la impunidad con la que se cometen actos de crueldad animal en México. Vecinos y comerciantes denunciaron el hallazgo de bolsas con desechos de carne y pieles, lo que despertó el temor de quienes acuden a este espacio público. Sin embargo, no es la primera vez que ocurre, y lo más grave es que las autoridades siguen ignorándolo.
El lugar donde fueron arrojados los restos, cerca de la parroquia San Vicente de Paúl, se ha convertido en un depósito de basura sin control. Las bolsas rotas y el olor nauseabundo evidencian la falta de vigilancia y la descomposición de un problema que va más allá del maltrato animal: la indiferencia gubernamental.
Los vecinos han pedido que se investigue, pero las denuncias anteriores han caído en el vacío. Esta vez no fue diferente. A pesar de que los comerciantes querían dejar los restos como evidencia para que las autoridades actuaran, el servicio de recolección de basura se apresuró a llevárselos. ¿Error logístico o encubrimiento?

El mensaje es claro: la vida de los animales en esta ciudad no vale nada y la impunidad es el verdadero dueño del parque. Mientras las autoridades miran hacia otro lado, alguien sigue desollando perros con total tranquilidad.

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