Por JAC
Mérida, Yucatán | 19 de febrero de 2025
La situación de desapariciones en Yucatán está lejos de ser un fenómeno aislado. De acuerdo con un informe reciente de Red Lupa, 2024 cerró con 308 casos de desaparición en el estado, con Mérida a la cabeza de las estadísticas. La alarmante cifra refleja un problema de inseguridad que va en aumento, pero que las autoridades parecen minimizar.

El 74.03% de los desaparecidos son hombres, mientras que el 8% de los casos involucra a menores de edad, lo que pone en evidencia el peligro que corren niños y adolescentes en la región. Las cifras totales de desapariciones en Yucatán desde 1964 superan las 7,000, con solo un 4.8% de los casos resueltos. Esto deja claro que la impunidad sigue prevaleciendo y que las instituciones encargadas de velar por la seguridad de la ciudadanía han fallado rotundamente en su tarea.
El reciente caso de Dylam Alfaro Molano, un joven cuyo paradero sigue sin esclarecerse, ha sacudido a la comunidad local y ha reavivado las dudas sobre la efectividad de las políticas de seguridad pública. A pesar de las constantes movilizaciones de la sociedad civil, el caso aún no ha tenido avances significativos. La falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades aumenta el malestar social y la sensación de desprotección.
Mérida, conocida por su tranquilidad y seguridad, hoy se enfrenta a una realidad que pocas veces se mencionaba: la desaparición forzada y la creciente violencia que azota la región. La apatía de las autoridades ante este fenómeno es inaceptable, y la creciente desconfianza entre la población hacia las fuerzas de seguridad es cada vez más evidente.
Las familias de las víctimas continúan luchando por respuestas, pero el panorama parece desolador. Mientras tanto, el gobierno del estado y las autoridades federales se limitan a emitir comunicados y promesas vacías, sin abordar de manera efectiva las causas profundas de las desapariciones ni garantizar la justicia para las víctimas.
Es un síntoma de una crisis de seguridad que afecta a toda la sociedad yucateca. La falta de recursos, la corrupción y la ineficacia de las políticas públicas son factores que alimentan esta tragedia, haciendo que cada vez más personas se sumen a las estadísticas de los desaparecidos. Yucatán, lamentablemente, parece estar perdiendo la batalla por la seguridad de sus ciudadanos.
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