Por JAC
Apatzingán, Michoacán. La violencia no da tregua. Este domingo, en la comunidad de Las Bateas, un enfrentamiento entre fuerzas federales y una célula criminal dejó como saldo a dos sicarios abatidos, armamento incautado y artefactos explosivos neutralizados. El episodio es un recordatorio más de la crudeza con la que operan los grupos delictivos en la región.

De acuerdo con los reportes, elementos de la Guardia Civil de la Defensa y la Guardia Nacional realizaban recorridos de vigilancia en la zona cuando fueron atacados por sujetos fuertemente armados. Horas antes, los criminales habían lanzado explosivos desde drones, dejando a dos agentes heridos. La respuesta de las fuerzas federales no se hizo esperar: repelieron la agresión y abatieron a dos de los atacantes, quienes portaban fusiles de asalto y vestimenta táctica con las siglas “ELITE” y “F.E.M.G. DELTA”.
En su huida, los delincuentes abandonaron dos armas largas. Tras una revisión del área, las autoridades ubicaron siete artefactos explosivos improvisados, entre ellos minas, un dispositivo tipo metralla y otros diseñados para ser lanzados desde drones. Estos hallazgos evidencian el nivel de sofisticación y peligrosidad que caracteriza a estos grupos.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP), en coordinación con la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, aseguró cuatro armas de fuego, 380 cartuchos, nueve cargadores y el equipo táctico utilizado por los criminales. Todo lo incautado será puesto a disposición de las autoridades correspondientes para las investigaciones pertinentes.
Este enfrentamiento subraya la complejidad del escenario de seguridad en Michoacán, donde los grupos delictivos no solo desafían a las autoridades, sino que también emplean tácticas y armamento cada vez más letales. La pregunta que queda en el aire es clara: ¿cuánto más deberá escalar la violencia antes de que se encuentre una solución definitiva?
Por ahora, las fuerzas federales mantienen operativos reforzados en la zona, pero la sombra de la impunidad y el crimen organizado sigue siendo una amenaza latente para Apatzingán y todo el estado.
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