Por JAC
En la comisaría de Tibolón, municipio de Izamal, se llevó a cabo una vez más la tradicional corrida de toros, un evento que incluyó el llamado “duelo de ganaderías”. Lo que para algunos es una fiesta popular, en realidad se convirtió en una carnicería donde varios caballos resultaron gravemente heridos, ante la mirada atónita de familias enteras, incluidos menores de edad.

Durante el enfrentamiento, jinetes y equinos sufrieron accidentes que dejaron a varios caballos con lesiones severas. Se dice que algunos apenas lograron regresar a sus lugares de origen para morir, mientras que otros quedaron inservibles para futuras montas en los ruedos. Todo esto ocurrió en un evento avalado por el presidente municipal, Jacobo Cuxin, representante del Partido Verde Ecologista (PVE), una agrupación que en teoría defiende la naturaleza y el bienestar animal, pero que en la práctica parece hacer todo lo contrario.
Resulta contradictorio que un partido que se ufana de su compromiso con la ecología y la protección animal permita y fomente espectáculos de maltrato. Lo que antes era conocido como “torneo de lazo” ahora se maquilla con el nombre de “duelo de ganaderías”, pero la brutalidad sigue siendo la misma.

Hasta ahora, las asociaciones defensoras de los derechos de los animales han guardado silencio ante estos eventos en Yucatán. Sin embargo, lo que más genera indignación es la complacencia del propio alcalde Cuxin, quien, lejos de cuestionar este tipo de actividades, las avala con permisos oficiales.
Fuentes cercanas indican que a Cuxin poco le importa la ideología de su partido, pues su prioridad es mantenerse en el juego político. De hecho, se rumora que ya tiene la venia del gobernador Joaquín “Huacho” Díaz para dar el salto a Morena, dejando atrás los compromisos que enarbola el PVE.
Si esto es así, la pregunta es clara: ¿el Partido Verde en Yucatán es realmente ecologista o solo una franquicia política más que se acomoda según la conveniencia?
Deja una respuesta